LOS EXAMENES DE GRADO.

Desde que entramos en una escuela de Karate o DOJO, tenemos, por regla general, un objetivo común que para nosotros es un símbolo, u elemento de motivación, una meta a conseguir, un testigo de nuestra autosuperación y, lo más importante, una recompensa al esfuerzo y trabajo realizado durante un determinado período de tiempo, en conclusión tenemos UN GRADO.

El grado en karate, en principio y de una manera sencilla, se puede decir que viene reflejado por el color del cinturón que llevamos puesto, fruto del tiempo de práctica y los conocimientos obtenidos y demostrados. Pero la riqueza de todo el que practica este Arte Marcial, no se limita con la obtención de los diferentes cintos a los que va accediendo, sino que el tiempo continuado de práctica nos va proporcionando, de una forma paralela, u gran nivel de autoestima, un importante enriquecimiento personal y, por supuesto, un alto grado de superación. Este segundo camino que complementa al del aprendizaje técnico lo aplicaremos posteriormente, a todos los campos, lo que nos supondrá una mejora en nuestra calidad de vida.

Al grado de CINTURÓN NEGRO deberíamos llegar tras haber recorrido ambos caminos de manera que, además de realizar unos ejercicios físico-técnicos, pudiéramos mostrar que estamos complementados por una buena actitud, respeto, humildad, seguridad, confianza y espíritu de superación.

Tenemos la suerte de disponer de un legado desde hace varios siglos que deberíamos respetar y cuidar en el presente para que las generaciones del futuro puedan disfrutar de nuestro Arte Marcial.

Tanto el Tribunal de Grados de la FKCV como los profesores y entrenadores de tu Club tienen como objetivo velar por el nivel medio del KARATE. No pretenden poner metas inalcanzables sino reconocer el esfuerzo físico-técnico y la actitud demostrada por los aspirantes, todo ello en función de sus características y posibilidades. Otro objetivo que se le plantean es mantener los aspectos tradicionales del Karate y asimismo seguir la evolución del Karate Deportivo que tanta importancia tiene en la actualidad.

El aspirante a cualquiera de los grados es el protagonista. Por esta razón debe ser exquisito con su presentación ante sus examinadores, comenzando por su indumentaria y aseo, pasando por su actitud y conocimiento teórico para finalizar con la realización de las ejecuciones técnicas que deberán ser lo más correctas posible.

Debe conocer dónde se encuentra, la importancia y trascendencia que tiene la actividad que va a realizar, así como la necesidad que existe de demostrar respeto y consideración hacia todos los elementos, personales y materiales, que se hacen partícipes de la ceremonia que representa un examen de grado. Así mismo tiene la obligación de conocer, respetar y adaptarse a las normas y normativa de examen, única vía para la consecución de su objetivo.

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